El final de Xena: Homosexualidad y T.V


Avisos y disclaimers:

1- Si lo que buscas es un artículo de corta extensión....hay algunos otros realmente muy buenos en el Xenaverso. Si aún así decides dedicarle tu interés y tu tiempo, gracias.

2-Lo que vas a leer a continuación es una opinión personal y subjetiva; ya sabes, puedes o no estar de acuerdo.

3-Los datos en los que me baso sí son objetivos y están disponibles por todo INTERNET. Si alguno he utilizado erróneamente no ha sido con intención alguna y me disculpo por ello.

4-Como todos, no poseo copyright, ni derechos ni segundas perversas intenciones sobre los personajes de Renaissance.

5-Si alguien desea usar partes o totales de lo aquí escrito, estupendo y sin problemas. Aunque si me lo dices, lo agradecería.

6-Agradecería también, me comunicaras las incorrecciones que encuentres, opiniones, críticas y demás a:  AllectusTerra@hotmail.com (Te atenderá Allecto).


Aclarar antes de nada que aunque esta reflexión está directamente motivada por las reacciones al final de la serie y trata muchos puntos relacionados con el subtexto, ninguno de los dos es tema de controversia.

En todo este tiempo es obvio que ambos han sido el foco de interminables debates y posicionamientos que varían según las íntimas convicciones de cada cual. No seré yo quien insista en ello y doy por aceptado el sentir general, aunque no me importa declararme fan, subtexter y en contra del cierre argumental de Xena.

 Lo que yo aquí en verdad me planteo son más bien "cuestiones de fondo": ¿Por qué ese final infeliz nos ha sorprendido y defraudado tanto a sus seguidores, especialmente a los subtexters y colectivos gays que fueron los que con su incansable fidelidad más colaboraron para situarla dentro del selecto club de las Series A (por audiencia, prestigio, repercusión social...)? ¿Será acaso que la productora había dejado crecer entre estos grupos concretos unas falsas espectativas de vinculación y apoyo que estaba lejos de poder/querer asumir? ¿Y qué esperábamos todos en general de una serie que quizás prometía más de lo que en realidad supo dar? Y si nos atenemos a esas leyes no escritas de moralidad media Norteamericana,¿no era más que previsible ese bíblico final? Sinceramente, opino que una inmensa mayoría de fans hemos pecado de ingenuos.

La serie, por supuesto, no nació dirigida a un público de gays y lesbianas. No trataba de dos mujeres que desde una amistad inicial y en medio de mil aventuras de justicia y búsquedas espirituales varias, acaban hallando el amor verdadero la una en la otra. Xena enfocaba su espectro de audiencia entre una gama de público que englobaba: al familiar, al juvenil, al femenino y, ya con cierta picaresca, a una franja de hombres de entre 20 y 45 años. Entretenimiento apto, acción, ligera reivindicación y algunas dosis de erotismo. De todo esto queda constancia al examinar la 1ª Temp., también de la indudable química entre las dos actrices protagonistas. Añadamos a este hecho esencial, la marcada inclinación hacia el paroxismo tanto en la comedia (enloquecidos enredos) como en el drama (situaciones de dolor extremas), que obligaba a esos dos personajes a una contínua catarsis sentimental que "literalmente" las empujaba en la mayor parte de los capítulos a acabar la una en brazos de la otra llorando o confesándose emociones profundas de lealtad, cariño, compromiso, dudas....Siempre en estrecha proximidad.... 

Si Xena hubiera sido emitida (saltándonos el desajuste cultural) en la época dorada de la tv, allá por los años 60-70, cuando la pantalla aún era "inocente" o decía serlo, habría sido tomada como un canto a la amistad. A la amistad simple y con Mayúsculas. Además "ciertas cosas" en los 60'  eran impensables y en los 70' , impronunciables. Y aún siendo enciclopedista, sería oportuno recordar que tuvo que pasar casi una década para que el término "lesbianismo" viese la luz asociado por primera vez a una serie televisiva. Era 1982 y CAGNEY & LACEY se ponía en antena. Fue una auténtica "acusación" que le valió una de las pre-producciones más tormentosas habidas en la historia de la pequeña pantalla con cambio de co-protagonista y de equipo de guión incluido.

Lo cierto es que hoy en día damos por sentado que si dos personas se demuestran apego, son amantes. ¿Es que ahora somos tan perversos que interpretamos cualquier afecto fundamentándolo en el sexo? ¡Claro que no, pero casi....! ¿De qué otra cosa se han encargado las fuerzas mediáticas y no digamos ya las económicas y sociales desde que descubrieron que unir subliminalmente, o no tanto, sexo con cualquier cosa imaginable generaba unos beneficios monumentales? Sí, el sexo vende.

Y la verdad es que la historia catódica lleva 40 años afanándose en esa misma labor. Las soap-operas de los 80' DALLAS,DINASTIA,FALCON CREST...., acabaron incluyendo caracteres con "inclinaciones" homosexuales no como signo de que los tiempos cambiasen sino porque los constantes giros narrativos habían alcanzado tal grado de delirio que, agotadas el resto de las fuentes narrativas, recurrieron a lo único que, todavía inexplorado, podía mantener o subir su audiencia: Los Tabúes Sexuales. Y con ello, "el homosexual" hizo su aparición como personaje recurrente.

Con todo esto no estoy diciendo que no exista esa línea de "algo más que amistad" en XWP o que ésta sea un espejismo fruto de las calenturientas y avezadas mentes de los tele-espectadores de finales de los 90'. Ese elemento sáfico existe: los guionistas han reconocido cientos de veces que lo introdujeron en la trama de manera consciente al comprobar la masiva respuesta en los shares cuando mediada la 1ª Temp. se empezó a rumorear lo que hoy es casi un eslogan: "¿Cuál era la verdadera naturaleza de la relación entre Xena y Gabrielle?". Mientras los espectadores meditaban sobre la incógnita, a los productores ésta se les despejaba con un aumento de audiencia de un 30%

Consecuencia: los últimos episodios de ese primer año eran retocados ligeramente y a partir de la 2ª Temp., el subtexto iba a campar a sus anchas nadando sutilmente en medio de otros renglones argumentales

Y ahí es donde radica el problema: que lo que había entre Xena y Gabrielle fuera el eje central  de la serie, fue una consecuencia y no una intención. Cuando existe intención, se obra en consecuencia; ante una consecuencia, casi nunca se reconoce esa intención como propia. Renaissance nunca pretendió que sus protagonistas mantuvieran un affaire lésbico que revolucionara el diseño de personajes en tv, o que abanderaran la causa homosexual; ni poner en antena una subversión posmoderna de las series de aventuras. Es más, XENA responde en todo a esquemas clásicos: héroe atormentado busca la auto-redención enfrentándose al Mal junto a un cándido aprendiz que madura a base de golpes "lo que es la vida". La única innovación vino del hecho de que los héroes fueran mujeres que se apartaban además de rancios estereotipos. Físicamente fuertes y sin miedo a usar esa fuerza, autosuficientes, con cerebro y asumiendo unas desazones existenciales que dejaban en segundo plano otras "típicamente femeninas": hombres, valores hogareños, celos.... Quizá por eso, el subconsciente colectivo más retrógado hizo esta "astuta" asociación: poco femeninas= raras= lesbianas. 

Que Bob Tapert nunca quiso ir más allá de una serie que dando buenos dividendos, aunase calidad, frescura y cierta irreverencia (procedente en su mayoría de Sam Raimi), pero sin traspasar unos límites standard queda patente con una simple recapitulación.1º-Que la comunidad hindú -parte- protesta por la imagen de Krishna en The Way, éste se rehace y se añade una advertencia en los créditos.2º-Que los grupos de gays se sienten caricaturizados en Lyre,Lyre , se saca a los colaboradores gays del equipo minimizando el caso.3º-Que un apretón de manos entre Xena y Gabrielle tumbadas en plena noche hace del subtexto algo en exceso evidente, se suprime la escena.4º-Que la idea de un flirteo lésbico con Xena embarazada podría ofender al gran público familiar, se elimina el subtexto casi por entero de la 5ª Temp. ....

 En definitiva, la intención primera fue crear un serial ciber-épico actualizado para una audiencia lo más amplia posible y además contentar a todos. Una aspiración, se mire como se mire, totalmente legítima. El negocio cinematográfico es éso, un negocio.                          

Que después una parte de ese público viese implicaciones románticas entre las dos protagonistas, por un lado les proporcionó el componente clave para lograr el éxito, pero por contra les creó un conflicto que las cadenas televisivas de los 90' tampoco supieron resolver: cómo hacer que los roles de gays/lesbianas funcionasen de manera normal dentro de la trama sin que una clara mayoría activa o pasivamente homófoba les boicoteara por ello, y sin agraviar a aquellos otros por su tibia militancia.                                                                     

Y es que en la pasada década "El Poder Rosa" entraba con fuerza en sociedad, desatando el apetito de los holdings financieros más variados que se volcaron en un mercado aún por explotar y repleto de algo que no sabe de discriminaciones: el Dinero. Los gays y lesbianas poseían ahora mayor capacidad de reivindicación.... y de adquisición.                                   

La TV se hizo eco de ello. Es más, series de todo tipo se empeñaron en "poner un gay en nuestras pantallas". Las más conservadoras les incluyeron en casting siguiendo la moda y luego, sin saber qué hacer con ellos, les convirtieron en una especie de confesores asexuados de los demás personajes (MELROSE PLACE). Aquellas más comprometidas se arriesgaron a que tuvieran hasta vida sexual, eso sí.... sobre guión y fuera de plano. Se hablaba mucho y como el colmo se mostraba un "escandaloso" y publicitado beso-gay (ROSEANNE,LA LEY DE LOS ANGELES). Siempre dentro de un reparto coral o como secundarios.          

La primera serie que tras años de emisión estable se atrevió a que su estrella principal (que, importante, también era la productora), iniciara una vida abiertamente lesbiana fue ELLEN. Tras su outing, duró un año en antena. Nuestra avanzada sociedad occidental, a través de sus más "tolerantes" agentes fácticos, presionó hasta que sin patrocinadores ni distribuidora consiguieron sacarla de parrilla.

Ocurría en 1998 y XENA en la encrucijada de su 3ª/4ª Temp. debió tomar nota como el resto del mundo televisivo de que sugerir en vez de explicitar es bastante más perturbador, más sofisticado, da más juego y ocasiona bastantes menos problemas...                                 

Y eso que desde su inicio La Princesa Guerrera estuvo más que arropada por una legión inesperada de entusiastas fan-anatico-s que entre lo heterogéneo y multicultural, superando las lógicas disparidades e ignorando estrechas etiquetas sexuales, apreciaron ante todo una historia de entrega y amor -platónico o no- con gancho y bien contada. Una serie heróico-fantástica de atractivo envoltorio que cautivaba tanto por su vena humanista como por sus batallas. Lealtad, equidad, superación personal, sacrificio, espiritualidad, el Bien-el Mal...., se mezclaban en sus desarrollos con pasmosa convicción; porque, aunque ahora se cuestione, pienso que los creadores de XENA básicamente obraron de buena y con voluntad aperturista en algunos "temas".

Seamos justos y hagamos otra recapitulación, esta vez en favor suyo. 1º-Pocas series de auténtico éxito se habían preocupado antes de que los nativos aborígenes locales tuvieran presencia efectiva en sus rodajes; ellos sí lo hicieron, compensando el olvido histórico de los Maoríes en Nueva Zelanda. 2º-Tampoco tuvieron reparos a la hora de emparejar a negros-blancos, blancos-orientales, etc... dentro de unas relaciones interraciales que gustaron tan poco en "ciertos sectores" como que Cleopatra fuera de color;  y las críticas no surgieron sólo por el evidente anacronismo.... 3º-Críticas que se hicieron extensivas al concepto de "familia" reflejado y que abandonaba el patrón tradicional de "Padre+Madre+Hijos" para admitir con toda naturalidad como válidas otras alternativas: las formadas por mujeres solas, parejas del mismo sexo (la de Xena, Gabrielle y Eve por ejemplo)..... 4º-Algo tan expuesto como el que durante 6 años una costosa ficción televisiva gravitara sobre un núcleo descaradamente homo-subtextual, y que éste se mantuviera y fomentara a pesar de censuras y oposiciones encubiertas.                                                                                                   

En fin, negar a estas alturas que XWP tenía un toque acentuadamente feminista y pro-gay, sería bastante estúpido.

Y ahora LA PREGUNTA: si tan progresistas eran,¿por qué han castigado con tal apocalipsis de horror, separación y muerte a nuestras heroínas? Porque este último episodio parece condenar con saña su amor, apostando como solución por la violencia y casi afirmando que no hay redención posible sin dolor y sin muerte....                                                              

Pienso que la cuestión es más complicada y que detrás hay también algo más que una traición a los sentimientos de los fans y al espíritu de la serie.                                                           

¿Alguien cree seriamente que si B.Tapert y L.Lawless evitaron una conclusión en exceso "liberal" fue para contentar al poderoso establishment conservador y facilitar así sus posteriores carreras profesionales? Yo no lo creo.                                                               

Más de un millón de seguidores en todo el mundo pidiendo y anhelando, desde que se supo el término de la serie, que éste mostrara por fin sin tapujos el amor entre Xena y Gabrielle, ó que como mínimo se les concediera el derecho a acabar juntas caminando rumbo al sol, cual pareja unida y feliz; no se pueden ignorar, máxime cuando es ese público el que determina el éxito o el fracaso de cualquier producción.                                                                          

¡Vamos que no hay nada como sembrar la ira y el descontento entre tus fans para que éstos te respalden en tus proyectos futuros!

De hecho, B.Tapert no lo ignoró. Cuando decidió reclutar a ilustres fanfictioners de XENA en INTERNET para elaborar algunos guiones de esa 6ª Temp., llenándola de un crecido subtexto y de múltiples guiños para "entendidos", fue porque intuía que A Friend In Need no iba a gustar nada de nada. En realidad, esos 20 capítulos que les preceden, tenían un doble propósito. Por un lado, recompensar el esfuerzo de esos aficionados que en tantas ocasiones difíciles les habían apoyado; y por otro, contrarrestar el golpe emocional tan terrible que semejante "remate" argumental iba a causarles. Porque los dos últimos episodios, los fundamentales, los que cierran el mito de Xena,responden en exclusiva a la particular visión de Tapert y R.J.Stewart. Una elección arriesgada y al mismo tiempo, previsible. Arriesgada porque sospecho que lo que ambos intentaban era desmarcarse por igual de esos círculos intolerantes que exiguían una especie de retractación o escarmiento último; y también de ese otro colectivo gay y xenaíco que les demandaba casi como una obligación, un desenlace feliz.

La opción que eligieron huía de ambas imposiciones, pero pretendiendo resultar sorpresiva, original y provocadora cayeron por contra en algo harto previsible. Reaccionaron como siempre lo habían hecho: adaptando modelos pre-establecidos. No obstante, es irónico pensar tras el aluvión de críticas recibidas, que el final de XWP SÍ acababa convirtiendo más que nunca el sub- en arrebatado maintexto, simplemente porque al decidir aplicar los clichés trágico-románticos de los "dramas de amor más grandes que la vida", lo que reconocían implícitamente, aunque sólo fuera porque buscaban un final impactante, era que la de Xena y Gabrielle estaba revestida de esas cualidades: era "Una Mítica Historia de Amor".            

Todo desde los diálogos hasta la planificación nos encamina pues hacia una intensa conclusión in crescendo, impregnada de un aliento poético-fatalista que irremediablemente debe desembocar en la muerte de la heroína, no porque la razón de su pasión sea otra mujer sino porque así lo requieren las reglas clásicas de la tragedia para alcanzar el perfecto cénit de lo orgásmico.

Claro que la habitual indefinición, marca de la casa y fruto de querer aglutinar tendencias a veces opuestas, lo que consigue es tal ambigüedad que nos hace dudar de si lo que vemos es un final épico o ejemplarizante.

Y así, ésto -como tantas otras cosas- queda abierto a la interpretación de cada uno; y cualquier teoría resulta plausible: temor a ser tachados de demasiado "lesbianos", miedo escénico a sentar un precedente histórico en TV, torpeza narrativa, postura cobarde bajo presión, restos de ese cristianismo que emparenta culpa, pecado, expiación y muerte....e incluso estrategia publicitaria. Notorio es que un "unhappy end" bien administrado reporta más ventajas que inconvenientes.

A un año de su emisión, esos postreros cinco últimos minutos mantienen a XENA y su equipo de actualidad permanente gracias a una viva polémica que seguro preveían. Ciertamente lo que no preveían tanto era el grado de conmoción y rechazo que iban a generar...                                                                                                                         

Decir que el Xenaverso está traumatizado es poco. Luto, desolación, devastación psicológica.... se han implantado como un fondo de pantalla en el ánimo de todos. Y,¿cómo describir el shock dentro de la comunidad homosexual? La guerrera y su bardo ya eran unos auténticos  iconos, adoptados como emblema del derecho a la singularidad; superación desafiante y vencedora del inmovilista orden establecido. Eran el punto de inflexión que parecía promover por fin una imagen positiva de los gays y lesbianas en tv. Ellas iban a poder ser felices, disfrutando de un respeto y un libre albedrío sexual hasta ahora inéditos. La identificación del colectico era absoluta y la entrega, incondicional; razonablemente esperaron de la productora una respuesta en consonancia, o sea, favorable.                                        

Ser testigos, no importa el por qué, de que de nuevo "dos de las suyas" eran sacrificadas y desterradas a la desdicha, fue doloroso y provocó una honda consternación. Esta vez se había estado tan cerca de la normalización... Sin embargo, el mensaje que se transmitía volvía a ser amargo y desalentador.

Tal vez pretender forzar el papel de los Medios de Comunicación como integradores sociales o administradores de justicia, sea exagerado, sobre todo en el caso de los programas de ficción; pero es innegable que su influencia sobre unas audiencias cada día más uniformizadas y globalizadas, que interiorizan como suyos actitudes y comportamientos que esa misma TV nos proporciona, debería dar lugar a cierta responsabilidad ética para con todos. Por otra parte, cabe preguntarse si no estaríamos cayendo en una especie de neo-censura al tratar de controlar un producto/una obra, exigiendo unos resultados concretos en contrapartida a nuestras inversiones económicas, mientras apelamos además a determinados vínculos morales. Unos métodos peligrosamente análogos a los ejercidos por los más reaccionarios grupos de poder que con tanto encono repudiamos.                                                          

Como revulsivo a todo ésto y tras haber transitado por los distintos estadios del dolor, una disposición más "sana", la del humor y la ironía, se consolida dentro del Xenaverso junto a otras propuestas igual de lúdicas: desde continuar con una 7ª Temp. Virtual hasta reclamar que "We want a Movie!"

Para acabar, decir que de si algo se puede acusar a los autores de XENA, La Princesa Guerrera, es de ser mediocres.                                                                                        

Incapaces de asimilar con madurez el tono adulto hacia el que en los últimos tiempos se habían deslizado sus guiones, se empeñaron en seguir siendo una serie juvenil cuando las cadenas de tv de todo el mundo hacía ya mucho que la habían trasladado a una franja horaria más acorde con sus contenidos: mayores de 13/16 años.                                                    

Esa obstinada ceguera se manifiesta más que nunca en esa apoteosis de la desorientación que son los famosos últimos minutos de A Friend In Need II . Precipitado, confuso, contradictorio, incoherente y haciendo gala de una alarmante parálisis creativa, ese final muere necesariamente aplastado por las pesadas limitaciones de sus propias indecisiones dramáticas; condenado al infierno del odio más visceral, el de todo un ejército de fans que se sintieron engañados, defraudados, manipulados... o simplemente heridos por una productora que cometió el mayor de los pecados televisivos: no dar lo que su público le pedía, abandonándoles a la angustia y la frustración

Como consuelo, esos 6 años de deslumbrante plástica audiovisual nos dejan para el recuerdo secuencias, diálogos e imágenes inolvidables; y para la Historia, dos personajes fascinantes y espléndidos...

Una recompensa que ellos, sin duda, no se merecen, pero nosotros SÏ.

 

Nota:   Alguien debería dedicarle por lo menos un artículo a las impresionantes Bandas Sonoras compuestas por Joseph LoDuca, comentando sus geniales aportaciones atmosféricas, descriptivas y psicológicas a la serie.

Allecto